LOS VIÑEDOS NO IRRIGADOS
En el otoño de 2013, visité uno de los viñedos comerciales más importantes del valle de Guadalupe, Baja California, México.1
El objetivo de la visita era obtener información fidedigna
de la industria vitivinícola acerca de las prácticas de manejo del agua en esta zona característicamente
árida.2
El enólogo residente nos mostró los viñedos,
procediendo a explicar los detalles
de la operación. Visitamos varias parcelas irrigadas,
en las cuales nos sorprendió
el verdor y uniformidad de las plantas de vid (Fig. 1).
A continuación tuvimos ocasión de visitar
algunas parcelas no irrigadas,
las cuales eran notablemente diferentes que las irrigadas (Fig. 2).
Las parcelas no irrigadas eran definitivamente no tan verdes ni uniformes
como las parcelas irrigadas. Para hacer más grande aún nuestra sorpresa, el enólogo mencionó que los vinos de más alta calidad
se hacían con las uvas provenientes de las parcelas no irrigadas.
Este hecho requiere de una explicación.
Notamos que todas las plantas
requieren
energía solar, dióxido de carbono, agua, y nutrientes.
La energía solar la obtienen del sol, el dióxido
de carbono del aire,
y el agua y nutrientes del medio ambiente circundante;
esto último, en forma natural, a través de la
agricultura de secano,
o artificialmente, a través de la irrigación,
y a menudo fertilización.3
Reconocemos que las parcelas no irrigadas satisfacen
sus requerimientos de agua en forma inconstante;
por lo tanto, se ven obligadas a echar sus raíces a mayores
profundidades en busca de cualquier humedad disponible.
De este modo, presumiblemente, tienen acceso a una mayor diversidad
de nutrientes; por lo tanto, en las parcelas no irrigadas,
las uvas y el vino resultante son casi siempre de mayor calidad.
De otra manera, las parcelas irrigadas reciben toda el agua
que requieren, pero esto es usualmente a costa de raíces
más superficiales y,
consecuentemente, nutrientes limitados en cantidad y calidad,
lo cual a menudo demanda fertilización.
A esto se debe la uniformidad y escasa diversidad de sus uvas.
Se concluye que una empresa vitivinícola progresista,
ubicada en una región árida, y
que busca lograr cantidad y calidad en sus vinos,
debe considerar tanto la producción de uvas irrigadas como las no irrigadas.
1
Existen más de sesenta (60) empresas comerciales vitivinícolas
en el valle de
Guadalupe.
2
La precipitación media anual en el valle de Guadalupe Valley
es 292 mm, correspondiente a una región árida.
3
Véase ⇒ Ponce, V. M., 2013: La isoyeta de 800 m: Salud y esperanza.
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170620 10:30 |