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En 1978, escribí un artículo sobre la clasificación de regímenes de flujo de canales abiertos.
En él identifiqué tres celeridades y tres difusividades características, de las cuales solamente cabían
definirse cuatro números adimensionales independientes. Tres de éstos eran bien conocidos: los números de Froude,
Reynolds, y Vedernikov. El cuarto número era nuevo, y no hallando una referencia apropiada en la literatura,
procedí a llamarlo el número de Ponce-Simons, para reconocer también a mi coautor, el profesor Daryl B. Simons.
El número de Ponce-Simons caracterizaba el flujo no-permanente en canales abiertos como cinemático (un valor pequeño),
dinámico (mediano), e inercial (grande). La idea estaba basada en un artículo previo (1977) titulado
"Shallow wave propagation in open-channel flow,", que había sido bien recibido.
Remití el manuscrito a la división de hidráulica de la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles (ASCE),
pero éste fue rechazado. Me lo regresaron con el siguiente comentario de uno de los pares: "El compararse uno con
tan ilustres predecesores como Froude, Reynolds y Vedernikov, es ciertamente el colmo de la chutzpah (atrevimiento)."
Poco tiempo después, publiqué una versión reducida del mencionado artículo 1
en las Anales de la Cuarta Conferencia Hidrotécnica Canadiense. Sin embargo, la experiencia me había enseñado
una valiosa lección: El reconocimiento ha de ser otorgado sólo por otros.
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