Mi asociación con la Universidad Autónoma de Baja California
se remonta al año 1992, cuando accedí a servir en el comité
de estudios de maestría de
Walter Zúñiga.
Durante esos años, tuve muchas oportunidades de interaccionar con varios profesores de la UABC.
En una de esas visitas, un colega me contó que su departamento
había comprado recientemente un paquete de Sistema de Información Geográfica (SIG).
Esto me despertó la curiosidad, y le dije:
"!Qué bueno! ¿Cuánto costó?"
A lo que él contestó: "[U.S.] $ 28,000."
Algo sorprendido, y reconociendo mi ignorancia, le pregunté:
"¿Qué hace?"
Con un aire de confianza, mi interlocutor proclamó: "Todo... Hace todo."
No sabiendo cómo responder a esa aseveración, me quedé callado.
Varios meses después, me encontré nuevamente
con el mismo colega, y recordando nuestro anterior intercambio,
le pregunté: "¿Cómo te fue con tu modelo SIG? ¿En verdad hacia todo?"
Sin poder ocultar su embarazo, mi colega respondió:
"No; fue un fracaso... !Casi no hacia nada!"
| ||
|