En el otoño de 1993,
hice un sabático en Fortaleza, Brasil, para estudiar sequías en el afamado Departamento Nacional de Obras Contra
Sequias (DNCOS). Durante mi estadía en Brasil,
estuve asociado con la Universidad Federal de Ceara (UFC).1
Un día un colega me preguntó si podía revisar una tesis doctoral que estaba cerca de ser terminada.
El estudiante explicó que estaba usando técnicas de percepción remota con un modelo numérico de avenidas
que usaba una malla espacial
de dos dimensiones. Después de leer el manuscrito,
le pregunté al estudiante qué ecuación
estaba utilizando para el tránsito de avenidas. Con una mezcla de sorpresa y seguridad, me dijo:
"La ecuación de Manning."
Le dije que si estaba transitando avenidas, que la ecuación de Manning no era suficiente;
que tenía que usar una ecuación de flujo no permanente, que tomara en cuenta la [poco conocida]
Ley de Seddon. También le dije que para calcular la atenuación
de la ondas de avenida había que usar
la
diffusividad hidráulica de Hayami.
Así, la moral de la historieta es: "No se puede hacer tránsito de avenidas usando sólo la ecuación de Manning."
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