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Durante mis años de estudiante de postgrado en
la Universidad Estatal de Colorado a mediados de la década de los años 70,
los alumnos de hidráulica del afamado
Centro de Investigación de Ingeniería
sabían muy bien cómo conquistar los obstáculos.
El Prof. Daryl Simons tenía la
reputación de ser un profesor dificil; sin embargo,
siempre hacia la misma pregunta en el examen oral de calificación para el doctorado:
"Si Ud. deja caer un partícula esférica en un matraz lleno de agua, cuál es la distribución
de velocidades en el espacio entre la partícula y la pared interior del matraz?
Todos ya sabían la respuesta; sin embargo, el Prof. Simons invariablemente comenzaba cada examen con la misma pregunta.
Un día, un estudiante se aventuró a preguntarle:
"Prof. Simons, Ud. hace siempre la misma pregunta
en el examen; todos saben la respuesta. Por qué?
Simons respondió con una sonrisa: "Es muy simple: ¡Aquél que no sabe la respuesta, lo desapruebo!"
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