En 1977, cuando era miembro de la facultad en Colorado State University, tuve el placer de conocer y trabajar con el Dr. Horst Indlekofer, el cual estaba haciendo un año sabático de la Universidad Técnica de Aachen, Alemania. Horst y yo escribimos dos artículos sobre el tema de la convergencia de modelos númericos del tránsito de agua y sedimentos.^1,2 El énfasis especial de nuestra investigación fue las propiedades numéricas de las ondas de arena.

Un día, Horst me invitó a su casa a comer. Durante la visita, noté que él tenía varias pinturas desplegadas en su departamento. Me enteré que Horst tenía el hobby de la pintura, con el fin de relajarse después de un día arduo en el trabajo. Una de las pinturas me interesó mucho, pues mostraba a todo color la inestabilidad de las ondas de arena que estábamos modelando en la universidad.

Un tiempo después, correspondí la invitación para cenar en mi casa. Horst llegó con su esposa, y muy a mi sorpresa, me regaló su pintura sobre la inestabilidad de las ondas de arena. Me dijo que como me había gustado, que podía tenerla.

De todas mis experiencias en CSU, ésta es seguramente una de las más memorables. Hoy, la pintura de Horst Indlekofer luce en mi casa en San Diego, y trae recuerdos gratos de un pasado que seguro no volverá.