En marzo de 1974, el Profesor
Herman Koloseus1 llegó
a clase al fin del período del invierno
en la Universidad Estatal de Colorado, y anunció que el examen final del curso de
Hidráulica de Canales
"... iba a ser muy diferente esta vez."
Nosotros, los alumnos, los cuales éramos cerca de quince, ibamos
a preparar nuestros propios exámenes.
Él juzgaría el contenido y corrección del tema, y asignaría la nota correspondiente.
Mi memoria de los eventos de esa época no han resistido bien el paso del tiempo, pero me acuerdo claramente
que los alumnos seguimos sus instrucciones.
Preparamos el examen, lo resolvimos, y lo entregamos al profesor, y esperamos los resultados ...
Una semana después, el Profesor Koloseus apareció, visiblemente cansado, y reconoció que le había tomado un tiempo considerable
para corregir los exámenes. Después de agradecer a todos por los esfuerzos desplegados,
dijo que la experiencia había
sido tan agotadora que no pensaba repetirla.
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