INTRODUCCIÓN El diccionario contiene varias definiciones de Oasis. Uno: Un lugar fértil en un desierto, donde se puede encuentrar agua. Dos: Un área pequeña de un desierto, que tiene un suministro de agua seguro y es capaz de sostener vegetación. Tres: Un área desértica donde el agua subterránea se encuentra suficientemente cerca de la superficie, exfiltrando en forma de manantial. Estas definiciones apuntan a las características de un oasis: Un lugar relativamente pequeño, en un clima árido, con presencia de agua y, por consiguiente, con vegetación. La comunidad de Tierra del Sol, ubicada en el sureste del condado de San Diego, California, presenta un clima árido, con una precipitación media anual de 375 mm. Existe, sin embargo, una gran variabilidad en la precipitación anual y, por consiguiente, en la humedad ambiental. La precipitación anual medida ha variado desde un mínimo de 102 mm en 2001-02 a un máximo de 788 mm en 1992-93 (Ponce et al., 2000; Ponce, 2006). La región está subtendida por un acuífero de roca fracturada, el cual muestra un amplio sistema de fracturas, además de una gran cantidad de diques geológicos de pegmatita. El ecosistema predominante es el chaparral, el cual está presente en el sur de California, extendiéndose hasta el norte de Baja California, México. Puede verse que la región tiene todas las condiciones ideales para un oasis: área limitada, clima desértico, manto acuífero cerca de la superficie, y suficiente vegetación en los interfluvios. La Figura 1 muestra una imagen infraroja de una sección de Tierra del Sol, en la vecindades del Rancho Morning Star, de 145 hectáreas, propiedad de Edward y Donna Tisdale. La vegetación arbórea se muestra en color rojo. Se observan dos distintos tipos de comunidades:
Se ve claramente que el bosque linear no podría existir sin la presencia de humedad suficiente para crearlo y mantenerlo. En toda probabilidad, el bosque linear está localizado encima de una gran fractura, a través de la cual exfiltra el agua del acuífero subyacente. El objetivo de este trabajo es establecer, mediante mediciones de humedad del suelo, la relación entre las fracturas del acuífero rocoso y las características lineares del bosque suprayacente, con mención especial al oasis linear de Tierra del Sol. CHAMIZO COLORADO VS. CHAMIZO VARA PRIETA En el ecosistema chaparral, existen dos especies estrechamente relacionadas: (1) el chamizo vara prieta (Adenostoma fasciculatum), y (2) el chamizo colorado (Adenostoma sparsifolium). Estas especies están representadas de manera significativa en la localidad de Tierra del Sol. Cabe anotar que éstas son las dos únicas especies del género Adenostoma. El chamizo vara prieta se encuentra ampliamente distribuido en California y Baja California, con un rango de cerca de 1,300 km. Por el contrario, el chamizo colorado se presenta sólo en cuatro lugares aislados en el centro de California, California del Sur, y Baja California como co-dominante con el chamizo vara prieta, con un rango de 500 km (Marion, 1943; Sampson, 1944; Hanes, 1965).
Aunque el chamizo vara prieta y el chamizo colorado tienen distribuciones geográficas superpuestas, Beatty (1984) ha señalado que estas especies no crecen en estrecha asociación en un lugar determinado. El chamizo colorado se encuentra comúnmente en todos los aspectos con pendientes suaves y en las estribaciones de las cordilleras. Las comunidades exclusivas de chamizo colorado se encuentran sólo en el 3% del área en la cual el chamizo colorado es dominante (Marion, 1943). Aunque congéneres, el chamizo vara prieta y el chamizo colorado no son similares en apariencia. Las comunidades de chamizo vara prieta son indistintas, de color verde oscuro, y de tendencia uniforme. La planta madura de chamizo vara prieta es un arbusto de tamaño medio, de 1 a 3 m de altura, con poca hojarasca. Por el contrario, las comunidades de chamizo colorado son distintivas, extendiéndose por encima del nivel general del chaparral. El chamizo colorado es un arbusto alto, arborescente, con la parte superior redondeada, con planta de 3 a 7 m de altura, tallo grueso, desnudo, de color rojizo, y gran cantidad de hojarasca, de 1 a 5 cm de profundidad (Hanes, 1965) (Fig. 2). La diferencia en la producción de hojarasca entre los dos chamizos puede atribuirse a sus diferentes afinidades de humedad (es decir, la oferta y demanda de agua y, por consiguiente, la cantidad evapotranspiración actual).
Hay una diferencia sustancial en los hábitos de enraizamiento de las dos especies de Adenostoma. El chamizo vara prieta, a pesar de que su tamaño es menor que la mitad del tamaño del chamizo colorado, tiene un sistema de raíces más agresivo, más fuerte, de mayor longitud y mayor penetración vertical, lo que indica que está bien adaptado a deficiencias de humedad. Por otro lado, las raíces del chamizo colorado son tupidas, más pequeñas, más débiles, y es más probable que se extiendan lateralmente en vez de verticalmente. El chamizo vara prieta florece y pone semilla de baja viabilidad, particularmente después de un invierno de abundante lluvia. Por el contrario, el chamizo colorado florece y pone semilla, también de baja viabilidad, independientemente de la cantidad de lluvia en el invierno anterior (Hanes, 1965). El chamizo colorado parece dominar sobre el chamizo vara prieta en sitios con relativamente alto contenido de humedad (Beatty, 1984). Hanes (1965) ha observado que aunque ambas especies de Adenostoma retoman su crecimiento estacional, el chamizo vara prieta muestra un repentino crecimiento en la primavera, mientras que el chamizo colorado crece de manera más consistente, mostrando un crecimiento contínuo durante todo el verano y el otoño. El chamizo vara prieta florece en abril y mayo, mientras que el chamizo colorado florece en abundancia en agosto. El chamizo vara prieta presenta una aparente dormancia forzada en el otoño; sin embargo, el chamizo colorado experimenta un crecimiento sustancial en el otoño, lo cual sugiere una fuente constante de humedad. El chamizo colorado parece violar varias definiciones aplicables a las plantas esclerófilas. En primer lugar, sigue siendo fisiológicamente activo durante la sequía de verano; por lo tanto, es tolerante a la sequía, pero sin entrar en dormancia (Hanes, 1965). En segundo lugar, su sistema de raíces poco profundas sugiere que la humedad para el crecimiento de verano debe originarse en las capas superiores del substrato. Por lo tanto, el chamizo colorado es un tipo de arbusto bien adaptado a la sequía, pero carente de las características morfológicas que sugieran dicha adaptabilidad (Shreve, 1934). La afinidad de humedad del chamizo colorado parece estar entre la de las xerófitas, las cuales están bien adaptadas a la sequía, y la de las mesófitas, que habitualmente requieren una fuente más segura de humedad (Ponce, 2006). Por lo tanto, particularmente en un clima predominantemente árido como el de Tierra del Sol, es fácil visualizar el vínculo entre el chamizo colorado y la exfiltración de agua subterránea.
METODOLOGÍA La metodología de este estudio consiste de mediciones de humedad del suelo en la proximidad de los lineamientos vegetacionales presentes en Tierra del Sol (Ponce, 2006). Las mediciones se realizaron en dos (2) ubicaciones. Cada ubicación consiste de un par de puntos: (a) el punto de objetivo, localizado sobre el lineamiento vegetacional, y (b) el punto de control, localizado fuera del lineamiento. Las mediciones son realizadas periódicamente, a intervalos regulares, comprendiendo un período de quince meses. El objetivo es mostrar de que existe un gradiente de humedad entre el punto de objetivo y el punto de control, siendo la humedad del suelo en el punto de objetivo considerablemente mayor que la del punto de control. Esto explica la presencia del lineamiento vegetacional, estrechamente ligada a la fuente de humedad constante causada por la exfiltración de agua subterránea a través de las fracturas. Se adoptó la siguiente estrategia de campo:
ANÁLISIS La Figura 5 muestra los resultados de contenido de humedad del suelo, cubriendo el período de quince meses desde febrero del 2016 [160212] hasta abril del 2017 [170425]. La Figura 5 (a) muestra el contenido de humedad en el pozo No. 1, y la Fig. 5 (b) muestra el del pozo No. 2. Para complementar el análisis, las figuras también indican la precipitación (mm) registrada en el intervalo entre dos mediciones consecutivas. Los resultados indican que el contenido de humedad en los puntos de objetivo (A) (línea verde) es siempre mayor que la de los puntos de control (B) (línea roja). Esto sustenta la premisa de que existen gradientes de humedad en Tierra del Sol, atribuibles a la exfiltración del acuífero de roca fracturada subyacente. Para complementar el análisis, la Fig. 5 muestra que el contenido de humedad del suelo responde claramente a los eventos de precipitación.
CONCLUSIONES El presente trabajo lleva a las siguientes conclusiones:
Agradecimiento.
El autor agradece el apoyo financiero de Ed y Donna Tisdale, la
organización
Backcountry Against Dumps, y los vecinos de Boulevard, en el sudeste del
condado de San Diego, California, EE.UU.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Beatty, S. W. (1984). Vegetation and soil patterns in Southern California chaparral communities. In B. Dell, editor, Medecos IV:
Proceedings, 4th International Conference on Mediterranean Ecosystems, Agosto 13-17, 1984, The Botany Department, University of Western Australia, Nedlands, Australia, 4-5.
Marion, L. H. (1943). The distribution of Adenostoma sparsifolium. American Midland Naturalist, 29(1), enero, 106-116.
Hanes, T. L. (1965). Ecological studies of two closely related chaparral shrubs in Southern California. Ecological Monographs, 35(2), 213-235.
Ponce, V. M., R. P. Pandey, y S. Ercan. 2000. Characterization of drought across climatic spectrum.
ASCE Journal of Hydrologic Engineering, Vol. 5, No. 2, abril, 222-224.
Ponce, V. M. 2006. Impact of the proposed Campo landfill on the hydrology of the Tierra del Sol watershed.
Informe en línea, mayo. http://ponce.sdsu.edu/tierra_del_sol_study.html
Ponce, V. M. 2014. Effect of groundwater pumping on the health of arid vegetative ecosystems.
Informe en línea, diciembre. http://ponce.sdsu.edu/effect_of_groundwater_pumping.html
Sampson, A. W. (1944). Plant succession on burned chaparral lands in Northern California. University of California Agricultural Experiment Station Bulletin 685, Berkeley, California, marzo, 144 p.
Shreve, F. (1934). The problems of the desert. The Scientific Monthly, 38(3), marzo, 199-209.
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