GANAR O PERDER: ÉSE ES EL DILEMA
Profesor Emérito de Ingeniería Civil y Ambiental
Universidad Estatal de San Diego, San Diego,
California
1. GANAR O PERDER
En su obra seminal Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio,
escrita alrededor de 1517, Nicolás Maquiavelo,
el famoso escritor italiano, consideró oportuno mencionar la singular situación
humana dos veces, por si acaso sus lectores se lo perdieran la primera vez.
Dijo: "En todos los asuntos humanos, uno se da cuenta, si los examina
de cerca, de que es imposible eliminar un inconveniente sin que surja otro".
Más adelante en la misma obra, Maquiavelo reiteró: "En todos los asuntos humanos existe
esta dificultad: Cuando se quiere llevar las cosas a la perfección,
siempre se encuentra que, ligado al bien, hay algo de mal...
y pareciera imposible
tener uno sin el otro." Observamos los dos elementos que aparecen
en las admoniciones de Maquiavelo: (1) los asuntos humanos, y (2) la dualidad del bien y el mal.
Observamos que si estos dos elementos no están efectivamente unidos entre sí por el destino,
es muy posible que
Maquiavelo haya estado entre los primeros en asegurarse de que al menos
permanezcan en el récord.
Lograr el bien y obtener algo de él, material o inmaterial, invariablemente requiere alguna acción.
Nadie ganó nada quedándose quieto. La acción requiere un cambio en el status quo, típicamente
un desarrollo que haga realidad una nueva idea. Se espera que este desarrollo resulte
en un aumento de la calidad de vida, tal como la definen los estándares contemporáneos.
Las sociedades de todo el mundo emplean diversos tipos de profesionales para
materializar avances en productos y servicios. Sin embargo,
la pregunta crucial permanece: ¿Es posible desarrollar un
producto o servicio que proporcione sólo el bien, excluyendo el mal? ¿Tenía
razón Maquiavelo al señalar que no tenemos más remedio que aceptar esta
dicotomía como parte del funcionamiento de la Naturaleza, que, aparentemente,
sólo podemos sobrellevar, pero no controlar?
En lo que resta de este artículo, describimos tres casos con los que
intentamos
demostrar que si Maquiavelo no tenía la razón, al menos estaba apuntando en
la dirección correcta. Éste es el verdadero dilema de la sociedad humana:
Cómo ganar sin perder. En la medida en que hasta el momento
no hemos podido resolver este problema de manera satisfactoria, continúa
siendo una espina clavada en nuestro costado.
2. INGENIERÍA HIDRÁULICA
A las sociedades humanas contemporáneas les gusta batallar con el clima:
Hace demasiado frío, o demasiado calor; está
demasiado seco, o demasiado húmedo.
Reconocemos la importancia del agua en todas las facetas de la
experiencia humana pero, cuando se elige dónde vivir, huimos de
ella (del agua). Preferimos un clima árido a un clima húmedo.
Si éste no fuera el caso, el sur de California no se habría
desarrollado desde hace más de 100 años. Ciertamente, la situación
no es exclusiva de los Estados Unidos; todo lo que tenemos que
hacer es mirar a nuestro alrededor para encontrar una situación
similar en otros lugares. Los climas húmedos traen insectos
con los que a los seres humanos les resulta difícil coexistir.
Los climas áridos traen sol, lo que proporciona un ambiente
mucho más saludable y más aceptable para muchos. Sin embargo,
el asentamiento de tierras áridas tiene un límite práctico:
La necesidad de garantizar el suministro oportuno de
suficiente agua a las poblaciones urbanas y rurales que
no sólo la necesitan, sino que la demandan,
para una diversidad de usos.
La disponibilidad de agua local varía grandemente según el clima.
Un indicador seguro es la duración de la temporada de lluvias,
medida en número de meses al año. En climas muy áridos, este
número puede ser tan solo de dos meses, mientras que en climas
muy húmedos puede durar doce meses, es decir ¡Todo el año!
Cuando el desarrollo contemporáneo comenzó en forma decidida,
a principios del siglo XX, los ingenieros hidráulicos
tenían la tarea de mover el agua desde donde se producía
hasta donde se necesitaba. Con el tiempo, los depósitos
de agua comenzaron a multiplicarse en todo el paisaje,
primero en los países desarrollados y luego en los países
en desarrollo. La información actual en línea informa
que hay aproximadamente 84,000 embalses en los
Estados Unidos (Wikipedia: Lista de represas y
embalses en Estados Unidos, consultada el 26 de agosto de 2023).
Aquí es donde las aseveraciones de Maquiavelo empiezan a perseguirnos.
Los embalses se construyen para almacenar agua,
pero el agua nunca se encuentra sola, es decir, en su estado
puro (H2O). Mientras fluye sobre la superficie de la Tierra,
impulsada por la gravedad en dirección al océano estratégicamente
más cercano,
el agua tiende a recoger materiales sólidos como arena,
limo y arcilla. Éstos son los llamados sedimentos, porque
pueden, y eventualmente lo hacen, separarse del flujo y
convertirse en depósitos de sedimentos. Por lo tanto, el
diseño de embalses tiene que enfrentarse a la cuestión de
cómo manejar los sedimentos, los cuales estarán presentes, nos guste o no.
El remover los sedimentos por medios mecánicos tampoco soluciona el problema,
porque el agua que fluye siempre tiene la capacidad de arrastrar sedimentos
del ambiente circundante para satisfacer su capacidad de transporte, es decir,
la cantidad de sedimento que la Naturaleza ha determinado que deberá llevar.
Por lo tanto, es un hecho establecido, aceptado por los ingenieros
hidráulicos, que todos los depósitos de agua eventualmente se llenarán
de sedimentos (Fig. 1).
Lo bueno: el almacenamiento de agua para satisfacer las necesidades
de la sociedad.
3. MANEJO DE LA IRRIGACIÓN
La mayoría de las personas consideran el riego como una empresa encomiable.
Para entender la agricultura de regadío en contraposición a la agricultura
de secano, en la cual no se utiliza el riego, debemos describir
las diferencias entre ellas, exactamente como ocurren.
El riego puede requerir el transporte de agua a grandes distancias,
y aquí es donde la situación se complica (Fig. 2). El agua tiene
una tendencia innata a recoger sólidos, tanto de tamaño
molecular como de partículas, al entrar en contacto con la
superficie del suelo, El momento dipolar de
la molécula de agua garantiza el arrastre de diversos
componentes químicos, entre ellos, los cationes
de metales alcalinos (sodio Na+ y potasio K+) y los
de metales alcalinotérreos (magnesio Mg+ y calcio Ca+) (Ponce, 2019).
Estos cuatro cationes son los cationes de sal más comunes;
juntos representan aproximadamente el 11% de todos los
cationes presentes en la litósfera (Ponce, 2015). Así,
cuando el agua de riego llega realmente a las proximidades
de las plantas ¡ya está cargada de sales! Estas sales
van quedando gradualmente atrás en el proceso de
evapotranspiración, porque las necesidades fisiológicas
de la gran mayoría de los cultivos agrícolas no incluyen
sales, particularmente en las cantidades en las que
suelen estar presentes. El resultado es una
mayor presencia de sales en el perfil del suelo,
lo que actúa limitando el crecimiento vegetativo
normal de los cultivos, lo cual lleva a una reducción
de la productividad agrícola. Así, una vez más, impera
el dictamen de Maquiavelo: el riego aumenta la producción
de alimentos, algo bueno;
pero a costa de aumentar la concentración de sales
en el perfil del suelo, A lo largo de los años, los ingenieros de riego han ideado una forma de afrontar el problema de la salinidad. Ellos añaden una determinada cantidad de agua, la fracción de lixiviación, a las necesidades de evapotranspiración potencial del cultivo en cuestión, para eliminar la sal de la zona radicular y conducirla hacia aguas abajo, a modo de drenaje. Pero esto acaba aumentando el contenido de sal de las aguas receptoras, ya sean superficiales o subterráneas.
La sal antropogénica resultante de la actividad de riego se suma
a la cantidad total de sal del río en su estado natural. Ahora bien, es cierto que
todos los ríos tienen una concentración natural de sal, la cual
aumenta a medida que éstos fluyen aguas abajo desde las
cabeceras hasta el océano (Pillsbury, 1981). Pero con la
sal adicional proveniente del riego la concentración aumenta,
lo que impone un gravamen a la corriente receptora y a los otros usos. Si se
toma la decisión de no drenar las sales adicionales producidas
por el riego, el único recurso es recolectar y almacenar la sal
adicional en sendas lagunas de evaporación (Fig. 3). Pero eventualmente
éstas terminan contaminando los acuíferos subyacentes e inclusive
los arroyos vecinos que reciben el flujo de base local y regional.
El caso del Lago Salton, en los condados de Imperial y Riverside, en California, es una lección que conviene sopesar. Cuando se someten a riego, observamos que las tierras áridas como las vecinas al Lago Salton generan una mayor cantidad de sal antropogénica que tierras subhúmedas comparables (Rhoades y otros, 1968). Esto se debe a que los suelos son relativamente nuevos y, por lo tanto, todavía relativamente sin lixiviar. Durante los últimos 100 años, el drenaje agrícola proveniente de la irrigación de los valles Imperial y Coachella, adyacentes al Lago Salton (Fig. 4), ha sido recolectado y depositado en el lago, y la salinidad que aumentado de alrededor de 3000 ppm en en la década de 1920, a 60 000 ppm en la actualidad (década de 2020) (Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California).
La existencia de los valles Imperial y Coachella ha aumentado
efectivamente la cantidad de alimentos, y en el proceso
ha enriquecido a un gran número de personas, pero esto ha sido a
expensas de la creación del Lago Salton. En la actualidad, no parece
haber una solución simple a este
dilema:
4. CAMBIO CLIMÁTICO GLOBAL
El concepto original de lo que hoy llamamos cambio climático
global se atribuye al científico sueco Arrhenius (1896).
Él fue el primero en cuantificar la contribución del dióxido
de carbono (CO2) al efecto invernadero en la atmósfera.
Arrhenius no sugirió explícitamente que la
quema de combustibles fósiles causaría el calentamiento global.
Sin embargo, está claro que él
estaba consciente de que esta quema constituiría una
fuente importante de dióxido de carbono.
El cambio climático global es
un problema existencial crucial al cual actualmente se enfrenta el mundo
comtemporáneo.
Para describirlo mejor, aquí dividimos el tema en tres partes:
(1) inicio, (2) crecimiento, y (3) madurez.
Inicio.
El comienzo del cambio climático global está relacionado
con los logros del industrial estadounidense
Henry Ford. En 1913, Ford finalizó la implementación de
su línea de ensamblaje, la cual permitió la producción en
masa de vehículos automotores, al mismo tiempo que aumentó
considerablemente la producción de automóviles.
Con el tiempo, este intrépido desarrollo provocó una reducción en el
costo de los automóviles hasta tal punto que muchas más
personas pudieron tener acceso a ellos. Efectivamente, la línea
de ensamblaje puso el automóvil al alcance
de muchas más personas que antes de la invención de Henry Ford.
Observamos que en la actualidad (2024) hay alrededor
de 1.47 millones de automóviles en el mundo,
111 años después del aumento en sus ventas,
impulsado por el invento de Henry Ford.
La historia narra que Henry Ford nunca asistió a la escuela secundaria.
Sin embargo, a la edad de
Crecimiento.
Intrínseca a los combustibles fósiles es la cuestión del tiempo, es decir, el tiempo geológico.
Como todos los demás, Ford no podía haber adivinado correctamente el futuro.
La población mundial en el año 1900 era de 1.600 millones; ahora (2024)
está por
los 8.111 millones, ¡se ha quintuplicado en los últimos 123 años!
En los tiempos actuales está ampliamente reconocido que el calentamiento global
de las últimas dos o tres generaciones se debe
a la combustión de combustibles fósiles, que han sido constantemente
extraídos de la Tierra y utilizados, ¡decididamente en contra del diseño de la Naturaleza!
Madurez.
El aumento sostenido del dióxido de carbono atmosférico
en la época contemporánea ha sido documentado por Charles D. Keeling
(1928-2005), quien, a partir de 1959, emprendió la medición de la
concentración de CO2 atmosférico en Mauna Loa, Hawaii (Fig. 5).
La curva de Keeling, la cual continúa siendo trazada a la fecha
(2024) por su hijo, Ralph F. Keeling, muestra claramente la
relación directa entre el contenido de CO2 en la atmósfera
y la quema de combustibles fósiles (428 ppm en el presente, mayo de 2024).
Suponemos que si Maquiavelo (1469-1527) hubiera estado presente en esta época, hubiera dicho, tal vez en tono de amonestación: "Se los advertí". De hecho, el uso de combustibles fósiles para impulsar nuestros automóviles (algo bueno) ha resultado en un calentamiento sostenido de la atmósfera terrestre (algo malo). Sin lugar a dudas, mirando hacia el futuro, la resolución de este conflicto requerirá todo el ingenio y la voluntad política que las sociedades humanas sean capaz de reunir.
5. EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL
El concepto de evaluación del impacto ambiental se remonta al año 1969,
cuando los Estados Unidos aprobaron la Ley de Política Ambiental Nacional (NEPA).
En ese momento se reconoció oficialmente que los proyectos de desarrollo
producían ciertos impactos no deseados en el medio ambiente circundante.
Surgió así la necesidad de evaluar los proyectos cuidadosamente,
utilizando métodos de análisis racionales,
de modo que los profesionales responsables pudieran determinar
si valía la pena continuar con el proyecto, una vez identificadas
claramente las ventajas y desventajas, y comparadas sobre bases similares
(Leopold y otros, 1971; Dee y otros, 1972; 1973).
Este cambio de perspectiva con respecto a los proyectos de desarrollo
prácticamente ha institucionalizado el sentido de las admoniciones de
Maquiavelo, convirtiendo en ley lo que antes se había considerado,
en el mejor de los casos, una aguda observación. Más de 50 años
después de la aprobación de la ley NEPA, está ahora ampliamente establecido
que las características positivas y negativas de los proyectos
de desarrollo deben evaluarse cuidadosamente y compararse de
manera sistemática, para decidir si continuar o no con el desarrollo de los proyectos.
6. EPÍLOGO
Con la necesidad de una evaluación del impacto ambiental ya
firmemente establecida, la solución obvia es ampliar
las investigaciones científicas y profesionales para
abarcar todos los campos de estudio. Esto implica
la colección de todas las áreas del conocimiento
humano en un cuerpo claramente integrado.
Aquí nuevamente reaparece el genio de Maquiavelo para dejar
las cosas claras. Él menciona que "Los hombres cometen bastantes
errores sobre las cosas en general, pero no tantos sobre las
cosas en particular". En otras palabras, es fácil para una persona
resolver un problema específico, pero no uno que presente variados ángulos.
En conclusión,
está claro que la humanidad debe estar dispuesta a emplear
un conjunto integral de sus mejores profesionales
para examinar y decidir sobre las soluciones sostenibles
que tanto se necesitan,
las cuales
naturalmente cubren una amplia gama de campos del conocimiento humano.
BIBLIOGRAFíA
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the influence of csrbonic acid in the air upon the temperature
of the ground.
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Discourses on the First Decade of Titus Livy),
Mockingbird Classics Publishing, 2015. (Extract).
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Soil Science Society of America Proceedings, Vol. 32, 643-647.
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