♦ Una pregunta difícil ♦
La pregunta de quién es el dueño del agua subterránea no tiene una respuesta fácil.
Actualmente, cualquiera que sea capaz de bombear el agua subterránea debajo de su propiedad
efectivamente es dueño de ésta.
Sin embargo, en la naturaleza el agua subterránea no es un volumen sino un flujo, y éste está
constantemente moviéndose de un lugar de recarga a un lugar
de descarga. Fig. 1 Patrón típico y dirección del agua subterránea.
Por lo tanto, quien esté cerca del lugar de descarga tiene un reclamo sobre el agua subterránea que fluye a ese lugar. Éste puede ser un lago, ciénaga, corriente o río, o un ecosistema dependiente de la descarga de agua subterránea.
Aquél que toma una cierta cantidad de agua subterránea y no la regresa a través de la recarga, efectivamente limita los derechos de otros, ubicados aguas abajo, que se benefician de la descarga natural. Por lo tanto, toda el agua subterránea de importancia económica representa agua superficial prestada. Eventualmente toda agua subterránea descargará al agua superficial. Entonces, la pregunta es válida: ¿Quién es el dueño del agua subterránea?
♦ Captura del agua subterránea ♦
Todo el agua subterránea extraída por bombeo proviene de la captura.
Si la captura proviene de la recarga, y la recarga neta es nula,
se concluye que cualquier captura traerá consigo una reducción de la descarga natural.
Fig. 2 Tres modos de aprovechamiento de agua subterránea. Por lo tanto, en teoría, la mejor política de utilización del agua subterránea es la no utilización. Sin embargo, esta situación afecta negativamente a muchas personas y entidades que, a través de los años, han llegado a depender del agua subterránea que fluye debajo de sus propiedades. Es impracticable el demandar una política de no utilización, aunque sea la más conservadora.
La solución es determinar un rendimiento "socioeconómico" sostenible, un valor práctico que represente un compromiso entre la política conservadora de poco o nada de uso por un lado, y el secuestro de toda la descarga natural por el otro lado. Fig. 3 Modelo geométrico de un reservorio de agua subterránea. ♦ Rendimiento socioeconómico sostenible ♦
El rendimiento socieoeconómico sostenible es aquél que alcanza
un compromiso razonable entre los diversos intereses en conflicto, resolviendo en la práctica
la pregunta de quién es el dueño del agua subterránea. El agua subterránea se podrá extraer, pero solamente
hasta un límite.
Este límite debe imponerse, no basado en la hidrogeología, sino en un compromiso razonable entre los derechos de todos los actores, incluyendo
los de los sistemas naturales.
En la práctica, el rendimiento sostenible puede ser expresado como una fracción de la recarga natural,
aunque en la naturaleza no haya ninguna relación entre éstos.
Los estudios a nivel local y regional determinarán los porcentajes apropiados.
Inicialmente, un valor del 10% se considera razonablemente conservador, mientras que valores más altos pueden reflejar la necesidad de tomar en cuenta
factores socioeconómicos. Un valor del 100% ya no es aceptable, pues es muy probable que secuestre la mayor parte de
la descarga natural.
Actualmente, la conservación del flujo de base se está tomando como punto de partida para la determinación hidrológica
del rendimiento sostenible.
Fig. 4 Relaciones de agua superficial y agua subterránea.
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