La sequía es un desastre natural, tiene un inicio lento, y demora meses o aún años en desarrollarse. Puede afectar una región grande,
causando muy pocos daños estructurales. Los impactos de sequías pueden
ser reducidos con planes de preparación y mitigación.
Los componentes de un plan de preparación y mitigación de la sequías son los siguientes:
- Predicción
- Monitoreo
- Evaluación del Impacto
- Respuesta.
Las predicciones se pueden beneficiar con estudios del clima que utilizen modelos conjuntos de
océano/atmósfera, estudios de acumulación de nieve, patrones anormales de circulación en el océano y
la atmósfera, la humedad del suelo, la asimilación de datos de percepción remota en modelos numéricos de
predicción, y con el conocimiento del volumen de agua disponible para uso doméstico, pecuario, y de irrigación.
El monitoreo existe en países que utilizan la información terrestre tal como precipitación, clima,
condiciones de la cosecha y disponibilidad del agua. Las observaciones satelitales
complementan los datos recogidos por los sistemas terrestres. Los satélites son necesarios para la provisión
de una cobertura sinóptica.
La evaluación del impacto se realiza en base al uso de la tierra, la
persistencia de condiciones anormales, la demografía e infraestructura existente, la
intensidad de la sequía y su cobertura regional, y su efecto sobre la producción agrícola, la salud pública,
la cantidad y calidad de agua, y la subsidencia de edificios.
La respuesta incluye un mejor monitoreo de la sequía, un mejor manejo del
agua y de la cosecha, aumento de los abastecimientos de agua con agua subterránea, el aumento en la conciencia pública
y la educación, planeamiento local de la cuenca y del área, reducción en la demanda del agua, y conservación del agua.
La preparación y mitigación de la sequías pueden ser logradas siguiendo las siguientes
practicas: (1) conservación del suelo y agua, y (2) manejo del ganado.
4.1 Conservación del suelo y el agua
Las prácticas de conservación minimizan la degradación de la estructura, composición y
biodiversidad natural del suelo, de tal modo que reducen la erosión y degradación del suelo, la escorrentía
superficial y la contaminación del agua.
Las siguientes son prácticas establecidas para la conservación del suelo y agua:
- Rotación de cultivos
- Cultivo en filas en el contorno
- Terrazas de cultivo
- Prácticas de barbechado
- Estructuras para control de erosión
- Estructuras para retención y detención del agua
- Rompevientos
- Manejo de desechos vegetales
- Recuperación del suelo salino
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Fig. 1 Un rompevientos para reducir la velocidad del viento y la evaporación.
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La conservación del suelo y agua se puede lograr con medidas agronómicas y de ingeniería.
Las medidas agronómicas incluyen la labranza en el contorno, labranza fuera de temporada, labranza
profunda, cobertura del suelo y la provisión de barreras vegetativas en el contorno. Estas medidas
previenen la erosión y aumentan la humedad del suelo.
Las medidas de ingeniería dependen de la ubicación, pendiente, tipo de suelo,
y cantidad e intensidad de la precipitación. Las medidas usadas comúnmente son las siguientes:
- Pequeños diques y trincheras y paredes de piedra
Estas características previenen la erosión del suelo y obstruyen el flujo superficial.
El agua retenida aumenta la humedad del suelo y recarga el agua subterránea.
- Pequeños represos y otras estructuras de taponamiento de cárcavas
Los represos son estructuras temporales construidas con materiales disponibles en la localidad.
Los tipos de represos son: (a) con palos (Fig. 2 a), (b) con roca suelta (Fig. 2 b),
y (c) con alambre tejido (gabiones).
- Charcos de filtración
Estas estructuras almacenan agua para el ganado y recargan el agua subterránea. Son construidas
excavando una depresión para formar un depósito pequeño, o construyendo una pequeña represa en una cárcava,
con el fin de almacenar el agua.
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Fig. 2 (a) Represos hechos de madera.
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Fig. 2 (b) Represos hechos de rocas sueltas.
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Los proyectos de abastecimiento de agua pueden también servir para la mitigación de sequías. Actividades como el
planeamiento del uso de agua, la cosecha de agua de lluvia, la colección de agua usando estructuras superficiales o subterráneas, el mejor manejo de
los canales y pozos, la explotación de recursos hídricos adicionales mediante la perforación de pozos y la construcción de presas pueden ser
implementadas como parte de un plan de mitigación de sequías.
Para aumentar la disponibilidad de la humedad, las siguientes prácticas "insitu" pueden ser adoptadas:
- Para las plantaciones agrícolas, las medidas incluyen diques y surcos, cuencas, y distribución espacial del agua.
- Para los árboles, las medidas incluyen cuencas redondeadas (Fig. 3),
diques semicirculares, diques en medialuna, hoyos de retención y hoyos profundos.
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La recolección de agua de lluvia permite acumular la precipitación o la humedad para el uso
inmediato o eventual en irrigación o necesidades domésticas. La parte del agua de lluvia colectada de los techos
puede ser almacenada en una cisterna o un tanque para uso posterior.
- El acondicionamiento del paisaje se utiliza para dirigir el escurrimiento a las áreas plantadas con árboles, arbustos y césped.
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Fig. 3 Cosecha de aceitunas en Andalucía, España, con cuencas en cada árbol para retener la precipitación.
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Los ganaderos y agricultores pueden prepararse para la sequía desarrollando planes que
cubran todos los aspectos del manejo del campo y consideren condiciones climáticas
variables. Las estrategias sustentables incluyen el cercado para controlar el sobrepastoreo,
las medidas para el control de parásitos, el plantado de cultivos y pastos resistentes a la sequía,
la estabilización de suelos erosionados, la poda de plantas débiles y el enrarecido de camas densas para reducir la
competencia, y la protección de las especies de plantas nativas.
4.2 Manejo del ganado
El manejo del ganado es una estrategia importante para la mitigación
de la sequía. Los factores que se consideran incluyen la
duración prevista de la sequía, las
fuentes actuales de agua y de alimentación, la composición y condición
de la manada, y los recursos financieros disponibles.
Las siguientes son prácticas para el manejo del ganado:
- Reducción del número de cabezas
Cuando los recursos alimenticios son reducidos, una solución es evaluar críticamente el ganado y
eliminar la parte menos útil. La venta o la relocalización (poner el ganado en partes no afectadas)
son las dos opciones disponibles para reducir el número de cabezas de ganado.
- Desmame estratégico del becerro
Durante una sequía, la producción de leche agota rápidamente las reservas del cuerpo de una vaca,
mientras que el becerro obtiene poca ventaja. El desmame del becerro da a la vaca una mayor probablidad de sobrevivencia.
Sin embargo, la decisión de desmamar se debe tomar refiriéndose a la época del año y la edad del becerro.
En años normales, el valor nutritivo del pasto cae hacia finales del otoño, en cuyo caso, las vacas pueden estar produciendo
tan solo 1 litro de leche por día. Si el becerro está entre los 5 a 6 meses de edad, desmamando para el final
del otoño mantendrá o mejorará la condición de la vaca.
En años de sequía, el desmame se debe hacer en forma temprana. Sin embargo, el becerro no debe ser
desmamantado antes de los 3 meses de vida al menos que sea absolutamente necesario. El becerro tendrá
que ser alimentado con proteínas o leche en polvo. La mayoría de los becerros de mas tres meses de edad
sobrevivirán a base de grano y alfalfa o a base de melaza y una dieta con proteínas.
- Separación del ganado
La separación de los animales en clases da mayor chance al ganado de conseguir fuentes de la alimentación.
La segregación hace posible el tratamiento preferencial de clases vulnerables. Las vacas secas más
viejas pueden ser movidas a los campos más pobres en forraje. La prueba del embarazo es una herramienta
útil para identificar las vacas embarazadas para alimentación especial, especialmente las vacas
jóvenes que están embarazadas por segunda vez.
- Control de parásitos
El ganado que está bajo pobre alimentación y otras condiciones anormales es más susceptibles y vulnerables a parásitos
que en condiciones normales. Los gusanos pueden ser un problema serio con el ganado joven. Durante la
sequía, todo el ganado menos de 18 meses de edad debe ser tratados contra los gusanos.
- Uso óptimo de un prado afectado por la sequía
El ganado no pastea bien en las áreas situadas lejos de puntos de agua. Un prado afectado
con sequía puede ser usado por el ganado mediante la provisión de instalaciones locales del agua, con alimentación manual
como atractivo.
- Atención a aguas contaminadas
Las aguas contaminadas representan una trampa de muerte para el ganado debilitado por la sequía. Es necesario la provisión de cercas
para separar el ganado de aguas contaminadas. La salinidad puede aumentar con el abatimiento del acuífero, con el agua llegando a ser el agua demasiado
salada para el ganado. El límite superior de sales solubles totales no debe exceder 8500 ppm. Además,
la suma de cloruros y sulfatos de calcio y de magnesio no debe exceder 1400 ppm.
Los problemas que se pueden presentar debido a la sequía son:
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El uso de la sal para limitar la alimentación puede aumentar el uso del agua de 50 al 75%,
o aproximadamente 400 litros de agua adicional por cada kilo de sal.
El agua no debe ser limitada de ninguna manera; de lo contrario podría ocurrir una intoxicación con sal.
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El consumo excesivo de suplementos que contienen úrea por ganado que pastea en campos con forraje pobre puede dar lugar
a la intoxicación con úrea. Generalmente, el ganado responde de mala manera a los suplementos de úrea cuando el forraje es limitado.
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El forraje que es cortado bajo condiciones de poca humedad, especialmente forraje de sorgo, puede contener
altos niveles de nitrato. Las pruebas para el contenido de nitrato deben ser realizadas antes de dar este
forraje a los animales, especialmente antes de alimentar grandes cantidades. Los ganaderos
que cortan el maíz o el sorgo para uso como forraje deben controlar los niveles de nitrato
antes de la alimentación.
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El envenenamiento con ácido prúsico o con cianuro puede ser un
problema en pastos afectados por la sequía, tales como el sorgo y sus híbridos, y el sudán. El ácido
prúsico generalmente no es un problema cuando el forraje se asolea por 3 a 5 días, para
blanquear cualquier color verde brillante.
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El ganado que se alimenta de pasturas cortas o pasturas afectadas por la sequía tiene una mayor probabilidad de consumir plantas tóxicas.
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http://ponce.sdsu.edu/tres_problemas_sequia04.html |
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