1. INTRODUCCIÓN
La pregunta de cuánta agua bombear
de un acuífero poco profundo
sin invadir los ecosistemas vegetales no tiene una respuesta
clara. El bombeo excesivo o no regulado tiene el efecto de
bajar el nivel freático e impactar
negativamente a la vegetación acostumbrada a obtener
agua de la zona vadosa o no saturada, o de la zona
de agua subterránea saturada.
Por lo tanto, la gestión apropiada de las
aguas subterráneas
debe ir más allá de la hidrogeología
para abarcar los
campos estrechamente relacionados de ecohidrología
y ecohidroclimatología. Esto evitará
la aridización
antropogénica del ecosistema y la consiguiente
degradación de la cubierta vegetal.
2. USO DEL AGUA SUBTERRÁNEA
Las sociedades han bombeado agua subterránea
durante más de 100 años (Lee, 1915). Por lo general, las sociedades
recurren al uso de aguas subterráneas cuando ya se ha
comprometido toda el agua superficial disponible, o
cuando se demuestra que el uso de aguas subterráneas
es menos costoso que el de aguas superficiales.
En 2010, se estimó que las extracciones de agua dulce
subterránea en los Estados Unidos fueron de 76 000
millones de galones por día, lo que representa el
21,4 % del uso total de agua (355 000 millones de
galones por día) (U.S. Geological Survey
Circular 1045).
En general, cuanto más seco sea el clima local o
más desarrollada una sociedad, mayor será el uso
de las aguas subterráneas. La Figura 1 muestra las
extracciones de agua subterránea en los Estados
Unidos para el año 2010. Se observa que la mayor
parte del uso de agua subterránea se encuentra en
la mitad occidental del país, particularmente en
California, que tiene una economía altamente
desarrollada, junto con una región árida/semiárida
predominante en gran parte de su territorio.
Casi toda el agua en la superficie y el subsuelo de
la Tierra se origina en la precipitación directa.
La fracción de precipitación que logra infiltrarse en el suelo, en suelo o roca fracturada, puede seguir uno de dos caminos:
En la Naturaleza, las aguas superficiales y
subterráneas están en constante movimiento,
interactuando en una variedad de escalas
temporales y espaciales. A su vez, las
aguas superficiales pueden convertirse
en aguas subterráneas y viceversa. El
flujo de agua superficial suele moverse
rápidamente, mientras que el flujo de agua
subterránea se mueve más lentamente
(Ponce, 2007).
La profundidad del agua subterránea es una función
de la geología local, geomorfología y clima.
3. ECOHIDROLOGÍA
Todos los ecosistemas necesitan una cierta cantidad
de agua para su supervivencia. En la Naturaleza, el agua, es decir, la humedad, tiene su origen en las siguientes cinco fuentes:
Un ecosistema engloba la flora y la fauna características de una determinada región geográfica y climática. La pregunta clave es: ¿De dónde obtiene agua un ecosistema dado? La respuesta es: Donde esté más fácilmente disponible, de cualquiera de las cinco fuentes enumeradas anteriormente. Dependiendo de una variedad de factores, el ecosistema típico obtiene su agua de una combinación de estas fuentes. En sistemas húmedos, lo obtienen principalmente de las precipitaciones y aguas superficiales; en sistemas áridos, del subsuelo cercano y aguas subterráneas; en las regiones superáridas, de las aguas subterráneas y, excepcionalmente, del aire. La Figura 4 muestra las raíces profundas del árbol de mezquite (Prosopis spp.), que puede enviar sus raíces hasta 15 m en busca de agua subterránea (Meinzer, 1927). Otro ejemplo es el de la agricultura de regadío, un ecosistema artificial (es decir, antropogénico) que normalmente obtiene su agua de escorrentías superficiales (embalses) o subterráneas, por medio de pozos de bombeo.
La precipitación es el motor de facto de
los ecosistemas naturales. La precipitación
terrestre media anual se ha estimado
en P = 800 mm
(L'vovich, 1979; Ponce et al., 2000).
En el lado seco
Donde la precipitación escasea, los ecosistemas
aprovecharán cualquiera de las otras fuentes.
4.
ECOHIDROCLIMATOLOGÍA
La mayoría de las plantas extraen agua
libremente de la zona vadosa, cuya extensión
depende de la textura del suelo o del tipo
de roca. La cantidad de humedad en la
zona vadosa es menor en las regiones
áridas y mayor en las regiones húmedas.
Algunas plantas pueden obtener su agua
directamente del agua subterránea, o
bien, de la franja capilar que se
encuentra ubicada directamente sobre ella.
El tipo y distribución de las plantas
de la superficie terrestre está
determinada por:
Posición
a lo largo del espectro de precipitación climática,
de árido a húmedo
(Ponce et. al., 2000);
Profundidad del nivel freático, que
determina si las plantas pueden
aprovechar la humedad en la franja
capilar o el agua subterránea debajo
de ella
(Meinzer, 1927);
y
La presencia o ausencia de manantiales,
los cuales están en función de la geología y
geomorfología local
(Ponce et. al., 2017).
La Figura 6 muestra un corredor ribereño
de encino costero (Quercus agrifolia)
en Tierra del Sol, condado de San Diego,
California. El arroyo es efímero, con
agua superficial que fluye sólo en
respuesta a la lluvia. Sin embargo,
hay suficiente humedad durante todo
el año en el suelo de este desierto
semiárido para mantener un corredor
ribereño saludable.
Dependiendo de la geología y
geomorfología locales, los
manantiales pueden fluir hacia
los humedales, lo que permite el
soporte de importantes cantidades de
vegetación. Por ejemplo, la
Fig. 7 Un ejemplar
muy grande de roble vivo de
la costa, Boulevard, California.
5. EFECTO DEL BOMBEO DE AGUA SUBTERRÁNEA
El bombeo de agua subterránea normalmente
produce un cono de depresión alrededor
de la ubicación del pozo
(Theis, 1940;
Ponce, 2006).
El tamaño del cono de depresión depende
de la cantidad de captura,
correspondiendo mayores cantidades a
conos más profundos. El nivel freático
y la franja capilar asociada disminuyen
como resultado del bombeo. Surge un
conflicto en el caso de que el agua
bombeada esté siendo utilizada por el
ecosistema local. La disminución
continua de la napa freática, que
continúa en extensión espacial y
duración, está destinada a imponer
una dificultad en el ecosistema
suprayacente. En casos extremos, la
vegetación podría secarse y morir
como consecuencia directa del bombeo excesivo.
Por lo tanto, la viabilidad del bombeo de
aguas subterráneas parece estar más
asociada con la ecohidrología que con
la hidrogeología. Se necesitan
estudios para determinar hasta qué
punto un desarrollo de aguas
subterráneas propuesto reducirá el
nivel freático y el efecto que esta
reducción tendrá sobre el sustento
de la vegetación local. El bombeo
indiscriminado de agua subterránea
provocará estrés hídrico en los
ecosistemas locales, lo que
eventualmente conducirá a su
desaparición. El efecto resultante
está destinado a ser la aridización,
es decir, la desertificación del
paisaje, lo cual desde
cualquier punto de vista se considera como un
impacto negativo.
Un ejemplo es el del roble
vivo de la costa
(Quercus agrifolia) en Tierra
del Sol, condado de San Diego, California,
que se muestra en la Fig. 8. Este árbol,
cuya edad se estima en al menos 100 años,
murió en el año 2014, presumiblemente debido
al estrés hídrico local y las consecuencias
del mismo
Fig. 8 Un espécimen
muerto de roble vivo de
la costa: Rancho Morning Star,
Tierra del
Sol,
6. RESUMEN
La necesidad social percibida de
bombear agua subterránea se
contrasta con la necesidad de
los ecosistemas vegetales de
aprovechar el agua y la humedad
de una diversidad de fuentes
existentes en el medio ambiente.
Estos son: (a) precipitación,
(b) agua superficial y escorrentía
superficial; (c) agua subterránea
de la zona no saturada, (d) agua
subterránea, y (e) el aire.
BIBLIOGRAFÍA
Lee, C. H. 1915. The determination of safe yield of underground reservoirs of the closed-basin type. Transactions,
American Society of Civil Engineers, Vol. LXXVIII, Paper No. 1315, 148-218.
Meinzer, O. E. 1927.
Plants as indicators of ground water.
U.S. Geological Survey Water Supply Paper 577.
Ponce, V. M., R. P. Pandey, y S. Ercan. 2000. Characterization of drought across climatic spectrum.
Journal of Hydrologic Engineering, ASCE, Vol. 5, No. 2, April, 222-224.
Ponce, V. M. 2006. Groundwater utilization and sustainability. Online article.
Ponce, V. M. 2007. Sustainable yield of groundwater. Online article.
Ponce, V. M. 2013.
Impact of Soitec solar projects on Boulevard and surrounding communities, San Diego County, California. Online article.
Ponce, V. M. 2014.
Effect of groundwater pumping on the health of arid vegetative ecosystems. Online article.
Ponce, V. M., M. I. Diaz, and L. A. Magallon. 2017.
The linear oasis: Ecohydrology of red shank. Online article.
Theis, C. V. 1940.
The source of water derived from wells: Essential factors controlling the response of an aquifer to
development.
Civil Engineering, Vol. 10, No. 5, May, 277-280.
|
220704 00:30 |