LA ONDA CINEMÁTICA DESMITIFICADA
Profesor Emérito de Ingeniería Civil y Ambiental
Universidad Estatal de San Diego, San Diego, California
1. INTRODUCCIÓN
Las ondas cinemáticas continúan
siendo motivo de controversia (Ponce, 1991). Si bien se han utilizado
en la teoría y la práctica durante casi seis décadas (desde
la década de 1960), a menudo no se comprende completamente sus ventajas
y desventajas. En consecuencia, el objetivo del presente artículo es arrojar
luz adicional sobre el tema de las ondas cinemáticas, explicando su origen,
naturaleza, características, y utilidad. Completamos el tratamiento considerando
las formas de modelar ondas cinemáticas en forma adecuada y precisa.
2. ORIGEN DE LAS ONDAS CINEMÁTICAS
El fundamento teórico de lo que actualmente conocemos como onda cinemática se originó en el trabajo
pionero de Lighthill y Whitham (1955),
quienes formularon matemáticamente un cierto tipo de movimientos ondulatorios que aparentemente no eran de naturaleza dinámica. Estas ondas podrían interpretarse fácilmente como cinemáticas, ya que se derivan deliberadamente de la ecuación de continuidad del movimiento unidimensional
del flujo en canales. Además, a diferencia de las ondas dinámicas, que característicamente transportan energía, las ondas cinemáticas transportan masa. Diferentes términos en las ecuaciones de gobierno describen cada una de estas ondas, cinemática y dinámica; por lo tanto, sus propiedades de celeridad y atenuación difieren sustancialmente
Boussinesq (1877) menciona a Breton (1867) y Graëff (1875) como pioneros de la teoría. Chow (1959) atribuye a Kleitz (1877) el mérito de ser el primero en derivar la fórmula para la celeridad de la onda cinemática. Unos años más tarde,
Seddon (1900)
evaluó dicha celeridad a partir de mediciones en los ríos Mississippi y Missouri, concluyendo que la celeridad (m) de una onda cinemática en una sección transversal dada es igual a la pendiente (dQ/dh)
de la curva de gasto, dividida por el ancho (W). En la práctica, la fórmula de Seddon para la celeridad de una onda cinemática se ha denominado ley de Kleitz-Seddon, o simplemente ley de Seddon. Más de 50 años después, los hallazgos de Seddon fueron ampliamente confirmados por
Lighthill y Whitham (1955).
3. NATURALEZA DE LAS ONDAS CINEMÁTICAS
Las ondas cinemáticas son ondas de inundación. La afirmación opuesta también es cierta: Las ondas de inundación son cinemáticas; aunque con algunas excepciones que trataremos en la Sección 5.
Ponce y Simons (1977). han aclarado las diferencias entre los distintos tipos de ondas en el flujo unidimensional en canales abiertos. Ellos utilizaron la teoría de la estabilidad lineal para determinar las funciones de celeridad y atenuación para todo tipo de ondas en aguas poco profundas, incluidas:
Las ondas cinemáticas son las de Seddon (1900), mientras que las ondas dinámicas son las de Lagrange (1877). [Nótese que estas últimas son efectivamente las "ondas de gravedad" a las que se refieren
Reiterando, las ondas cinemáticas de Seddon, las cuales se encuentran hacia la izquierda del espectro del número de onda adimensional, presentan una celeridad de onda constante y, por lo tanto, no son difusivas. Siguiendo el mismo razonamiento, las ondas dinámicas de Lagrange, situadas hacia la derecha, tampoco son difusivas. Sin embargo, se ha demostrado que las ondas cinemático-dinámicas mixtas, que se encuentran hacia el centro-derecha y que presentan una celeridad variable, son fuertemente difusivas. La cantidad de difusión varía con el número de Froude predominante, correspondiendo una mayor difusión a los números de Froude más bajos, siempre que este último permanezca por debajo del valor umbral F = 2, aplicable para la fricción de Chezy en canales hidráulicamente anchos (Fig. 2). Para terminar, reiteramos que Lighthill y Whitham (1955) ahondaron sobre la competencia entre ondas cinemáticas y mixtas, para mostrar cuán completamente subordinadas están estas últimas a las primeras en el caso de mayor interés práctico, es decir, cuando la velocidad del flujo es baja en el régimen subcrítico. Esto subraya lo inadecuado que son las ondas mixtas como base para los cálculos de ondas de inundación y, por extensión, enfatiza la importancia práctica de las ondas cinemáticas.
4. ONDAS CINEMÁTICAS CON DIFUSIÓN
Y aquí es donde la trama se complica! Las ondas cinemáticas se denominan así porque ocurren aparentemente en ausencia de inercia, excluyendo también el gradiente de presiones
Cabe mencionar que la existencia del gradiente de presiones complica la definición de onda cinemática. Este hecho llevó a
Lighthill y Whitham (1955) <
a distinguir entre dos tipos de ondas cinemáticas:
Observamos que dado que las ondas cinemáticas no se atenúan [Fila 1], y que las ondas de difusión sí lo hacen [Fila 2], se deduce que el término gradiente de presiones debe ser el responsable de la atenuación, es decir, la limitada cantidad de difusión experimentada por ondas de inundación típicas. Esta conclusión ha sido ampliamente confirmada por la teoría y la práctica. Hemos establecido que las ondas dinámicas (Lagrange) [Fila 4] son demasiado pequeñas para constituir ondas de inundación. También hemos establecido que las ondas cinemático-dinámicas mixtas [Fila 3] son demasiado difusivas para desempeñar un papel práctico en aplicaciones de ondas de inundación. Por lo tanto, sólo las ondas cinemáticas [Fila 1] y las de difusión [Fila 2] probablemente sean lo suficientemente voluminosas y a la vez permanentes como para ser modelos apropiados de la propagación de ondas de inundación.
Confirmamos que las ondas cinemáticas no están sujetas a atenuación, aunque pueden sufrir cambios de forma debido a la no linearidad (Ponce y Windingland, 1985). También confirmamos que para el valor medio del número de onda adimensional
σ*
> 0.17, la atenuación de la onda es mayor que 0,30 (30%). Este umbral es considerado como el límite entre las ondas de difusión (de difusión de onda limitada, menos del 30%)
y las ondas mixtas (de difusión de onda ilimitada, que podría llegar a 1,0 (100%) (Natural Environment Research Council, 1975). Por lo tanto, se confirma que las ondas mixtas son muy fuertemente difusivas y, en la mayoría de los casos de interés práctico, es probable que no estén allí para que podamos calcularlas
Antes de concluir el tema de las ondas cinemáticas en comparación con las ondas de inundación, nos queda poner en el contexto adecuado la naturaleza de las ondas de rollo. ¿Estas ondas son cinemáticas o dinámicas? Ya ha quedado firmemente establecido que las ondas de rollo ocurren en canales revestidos empinados de sección transversal rectangular, cuando la celeridad de la onda cinemática (celeridad de Seddon) excede la celeridad de la onda dinámica (celeridad de Lagrange) ( La cuestión de si un evento de onda de rollo puede considerarse una onda de inundación es una evaluación que es mejor dejar para cada caso individual. Si las ondas de rollo logran superar los límites del canal, pueden considerarse peligrosas y, por lo tanto, una especie de "onda de inundación". De lo contrario, si las ondas de rollo permanecen restringidas dentro de los límites del canal, dentro de lo razonable, no pueden considerarse ondas de inundación. El riesgo de inundación que surge de un evento de onda de rollo tiende a ser altamente específico, y las determinaciones individuales probablemente varíen en el espacio y en el tiempo.
Para finalizar, afirmamos que las ondas cinemáticas y de difusión encuentran su aplicación práctica en la propagación de ondas de inundación. Éstas son generalmente masivas y de movimiento lento, a diferencia de las ondas dinámicas (Lagrange), que no lo son. Además, las ondas mixtas son tan difusivas que desaparecen rápidamente y su masa se une a las ondas cinemáticas subyacentes, las cuales continúan creciendo a medida que se propagan aguas abajo.
5. USO DE LAS ONDAS CINEMÁTICAS Y DIFUSIVAS
Las ondas cinemáticas encuentran su mejor aplicación en la propagaión de las ondas de inundación. Sin embargo, también se han utilizado en el tránsito de flujos de superficie libre, las cuales debido a su escala generalmente reducida, pueden no constituir ondas de inundación. Wooding (1965) fue el primero en aplicar la onda cinemática en modelos numéricos de flujo sobre el terreno, utilizando una configuración de libro abierto que ha sido ampliamente reconocida como plano de Wooding (Fig. 3).
La aplicación más general de las ondas cinemáticas es el tránsito de las ondas de inundación, es decir, el cálculo numérico de la progresión de una onda a medida que viaja aguas abajo, a lo largo de una corriente, río o canal. La onda de inundación real puede ser una onda cinemática, con difusión nula o, en su defecto, una onda de difusión, con una cantidad pequeña pero perceptible de difusión, es decir, de atenuación o disipación (Tabla 2). Las ondas de inundación se forman así como la aglomeración de un número infinito de ondas mixtas de diferentes tamaños, con sus fuertes tendencias difusivas actuando para convertir las ondas mixtas, de escala relativamente pequeña, en una onda de inundación cinemática o de difusión mucho más grande (Lighthill y Whitham, 1955). La propiedad que caracteriza a las ondas de inundación es que generalmente son masivas y están sujetas a poca o ninguna atenuación. En una aplicación práctica, las contribuciones de los flujos laterales, de todas las fuentes, aseguran que las ondas de inundación continúen aumentando en masa y tamaño, volviéndose más masivas y, por lo tanto, menos atenuantes, a medida que la onda se propaga aguas abajo.
Actualmente se utilizan modelos numéricos de ondas cinemáticas y difusivas. Estos modelos han existido desde la década de 1970, pero no están exentos de problemas. Las soluciones analíticas de la ecuación de la onda cinemática carecen de difusión; las soluciones numéricas, sin embargo, muestran invariablemente una cantidad perceptible. Esto último se atribuye a la difusión que se origina en el propio esquema numérico, ya que aquélla está ausente en la ecuación de la onda cinemática. El dilema fue resuelto por Cunge (1969), quien propuso hacer coincidir la difusión numérica del esquema mismo con la difusión física de la ecuación de onda cinemática relacionada con la difusión, es decir, la ecuación de la onda de difusión. Este desarrollo condujo al método de Muskingum-Cunge para el enrutamiento de inundaciones (Ponce, 2014), una mejora del método clásico Muskingum (1938). La característica de independencia de la cuadrícula (en Inglés, grid independence) una ventaja importante del método Muskingum-Cunge, lo distingue de los métodos basados únicamente en la ecuación de la onda cinemática (Ponce, 1986; Ponce, 2023b). Por lo tanto, los modelos de flujo de superficie con componente de onda de difusión son claramente el siguiente paso en el modelado de cuencas (Aguilar, 2014).
6. UN EJEMPLO SINGULAR
A estas alturas, seguramente el lector se habrá familiarizado completamente con la naturaleza y utilidad de las ondas cinemáticas y, por extensión, de las ondas difusivas. Todas las ondas de inundación dignas de ese nombre están sujetas a modelación utilizando la teoría de la onda cinemática.
Concluimos centrándonos en el ejemplo de la inundación anual del río Alto Paraguay, que drena 496.000 kilómetros cuadrados en las llanuras del Centro Oeste de Brasil y el Este de Bolivia. La parte central de la cuenca drena un delta continental, con pendientes muy suaves de los ríos y arroyos, las cuales se han documentado tan bajas como 0,00001, es decir, 1 cm/km. La onda cinemática resultante es tan grande que la onda de inundación medida en Porto Murtinho, Mato Grosso do Sul, normalmente tiene sólo un pico anual, constituyendo básicamente "la onda de inundación cinemática por
7. OBSERVACIONES FINALES
Hemos aclarado el concepto de onda cinemática y sus aplicaciones en la ingeniería hidráulica e hidrológica. Nos hemos centrado en la Naturaleza de las ondas cinemáticas y su importancia como método apropiado para modelar ondas de inundación. Dada la capacidad de la onda cinemática para explicar adecuadamente la difusión, su aplicabilidad mejora sustancialmente. Otros tipos de ondas, como las mixtas cinemático-dinámicas y las ondas dinámicas de Lagrange, carecen del tamaño (escala) y/o permanencia de las ondas cinemáticas. Por lo tanto, la onda cinemática se considera el método más apropiado para modelar la propagación de ondas de inundación.
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